lunes, 24 de noviembre de 2014

Tomás Luis de Victoria: motete o vos omnes.

El siglo XV encuentra su mejor medio de expresión a través del motete. Este género, inaugurado por Machaut el siglo anterior, se convierte en un campo idóneo de experimentación para el nuevo estilo imitativo. Compuesto para cuatro o cinco voces, sus distintas partes se relacionan mediante el tema elegido por el compositor, que puede ser una melodía gregoriana o una canción popular.
Tomás Luis de Victoria, autor de esta pieza, es la figura más importante de la música vocal religiosa en España, que constituye la culminación de la escuela polifónica hispana del siglo XVI. Su estilo es equilibrado y busca la claridad de las voces.
Además de la pureza de estilo, hay en su música un rasgo peculiar que lo distingue de los demás maestros de su tiempo: un uso abundante del cromatismo y un gusto por los fuertes contrastes. Su acusado misticismo le lleva a retirarse en su pleno apogeo al convento de las Descalzas Reales de Madrid, donde muere desempeñando el papel de organista.

La textura de esta pieza es polifónica, contrapunto imitativo muy simple, tanto que a veces parece homofonía.
Las melodías son claras, cristalinas, muy puras. El ritmo es lento y repetitivo. El texto está escrito en castellano y la letra se entiende fácilmente.
La forma musical es un motete, forma religiosa pero no bíblica.


Tomás Luis de Victoria:



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