El desarrollo temprano de la polifonía en España con el
Códice Calixtino y, posteriormente, con el de Las Huelgas, se corresponde en el
siglo XV con el intenso intercambio cultural entre los reyes de Aragón y
Castilla, Y Borgoña, y Francia e Italia que permitió a los músicos españoles
estar perfectamente al día de la vanguardia musical europea.
Los músicos españoles, aunque conocían y practicaban la
técnica de los flamencos, mantuvieron un estilo propio, más cercano a las
formas de carácter popular, como el villancico y el romance, y con
procedimientos musicales menos complicados que los flamencos, alcanzando una
gran sobriedad y fuerza expresiva. Entre estos compositores españoles de
finales del siglo XV, destacan Francisco Peñalosa, Juan Escobar, Juan de Achineta
y Francisco de la Torre.
Pero entre todos ellos, el más importante es Juan de la
Encina, autor de esta audición. Nació en Salamanca en 1468 donde se graduó en
derecho, llegando a ser capellán del coro de la Catedral en 1490. Dos años
después pasa al servicio del Duque de Alba y hacia 1500 marchó a Roma donde fue
muy bien acogido por el papa Alejandro VI y sus sucesores. Pasó en Roma muchos
años y peregrinó luego a Jerusalén; a su vuelta, parece remansarse su intensa
vida y, de regreso a España, falleció en León a finales de 1529.
El estilo musical de Juan de la Encina es directo. Se
expresa a través de formas sencillas: el villancico y el romance, que compone
con una armonía a base de acordes, ritmos animados y breves frases bien
definidas. La técnica es muy fluida y su mejo mérito radica en su sencillez.
Excelente poeta y dramaturgo, utilizó textos propios para su música, con la que
en ocasiones acompañaba sus representaciones escénicas.
La textura de esta pieza es polifónica. Es una
interpretación hecha para cuatro voces, dos de hombre y dos de mujer (soprano,
contralto, tenor y bajo). Es un villancico, forma musical de formas y estribillos
típicos de España (nada que ver con la
Navidad entonces). El compás es irregular, y los ritmos son quebrados ya que
los pulsos son irregulares. La melodía es sencilla, muy rítmica, repetitiva,
sin grandes saltos. El ritmo se repite constantemente.
Pequeña parte de la partitura:
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