A pesar de ser contemporáneo estricto del Grupo de los Cinco, constituido por figuras de la talla de Borodin, Mussorgsky o Rimski-Korsakov, el estilo de Tchaikovsky no puede encasillarse dentro de los márgenes del nacionalismo imperante entonces en su Rusia natal. De carácter cosmopolita en lo que respecta a las influencias (entre ellas y en un lugar preponderante la del sinfonismo alemán, aunque no carente de elementos rusos), su música es ante todo profundamente expresiva y personal, reveladora de la personalidad del autor, compleja y atormentada.
La textura de esta obra es una melodía acompañada. Este ballet se representa con movimientos muy ligeros, suaves, y con mucho vuelo. La melodía es muy pegadiza y repetitiva, con un ritmo de valls.
La armonía es tonal, clásica y retrógrada.
Es una ballet bailado tanto por hombres como por mujeres, y en esta sección, 'Vals de las flores', representan a flores, con un vestuario determinado para ello.
Tchaikovsky:
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